Un villano de los que no se esconden, como a mí me gustan. Porque se te pone delante un señor con estos bigotes, estas uñas y estas cejas con las que te puede sacar un ojo y no hay duda: es malo. Es como esos tipos que llevan un monóculo, toda una declaración de intenciones. Que luego no se extrañen si no les toman por bellísimas personas (nota mental: probar a hacer una mandarina de James Moriarty, monóculo incluido).
Mientras tanto, me quedo con esa película de Fumanchú que nunca fue, dirigida por Álex de la Iglesia y protagonizada por Antonio Banderas...
lunes, 25 de enero de 2010
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